Después del desayuno, primeros descubrimientos de la ciudad de Yangon. Símbolo de la renovación económica y artística que el país ha emprendido, el viajero descubrirá muchas facetas. Desde el burbujeante centro de la ciudad hasta el histórico barrio colonial, muy animado, este es un buen comienzo para descubrir la cultura de Myanmar.
Luego, la exploración continúa con el descubrimiento de la Pagoda Chaukhtut Gyi, un pabellón cuyo techo de zinc protege a un Buda colosal de 70 metros de largo.
Por la tarde, continuación con el mercado Bogyoke Aung San (cerrado en lunes y días festivos). Telas tradicionales muy bellas (batiks, sedas y algodones) se venden allí por metro. Una variedad de antigüedades y recuerdos de todo tipo se pueden encontrar en profusión a lo largo del cruce central.
Seguirá con una inmersión en uno de los santuarios religiosos más bellos de Asia, el Shwedagon. Es una estupa notable, el primer centro religioso de Myanmar y contiene reliquias de los cuatro antiguos Budas, incluyendo ocho cabellos de Siddhartha Gautama.
Pasamos la noche en el hotel.